Las patas son una de las partes más importantes y sensibles del cuerpo de tu perro o gato. Están en contacto directo con el suelo, el calor, la humedad y superficies ásperas. Sin embargo, muchas veces no reciben el cuidado que merecen.
El cuidado de las patas de tu mascota es clave para prevenir heridas, resequedad y molestias que pueden afectar su bienestar y su forma de caminar. En este artículo encontrarás consejos prácticos para mantenerlas sanas, fuertes y protegidas durante todo el año.
1. ¿Por qué es importante cuidar las patas de tu mascota?
Los cojinetes plantares funcionan como una especie de “zapatos naturales” que amortiguan el peso, protegen los huesos y ayudan al equilibrio.
Si se agrietan o irritan, pueden causar:
- Dolor y cojera.
- Infecciones por hongos o bacterias.
- Dificultad para caminar en superficies calientes o frías.
- Lamer o morder las patas con frecuencia.

2. Grietas y resequedad: causas y prevención
El clima seco, los suelos ásperos y la falta de hidratación cutánea son las principales causas de grietas en las almohadillas.
Para prevenirlas:
- Hidrata las patas con productos específicos para mascotas.
- Revisa las almohadillas después de cada paseo.
- Evita paseos largos sobre asfalto caliente.
- Mantén las uñas cortas para evitar tensión al caminar.

3. Humedad y hongos: un enemigo silencioso
Durante la época lluviosa o tras un baño, la humedad puede acumularse entre los dedos y causar hongos o dermatitis.
👉 Consejo:
- Seca bien las patas con una toalla limpia.
- Si notas mal olor o enrojecimiento, consulta al veterinario.
- Evita dejar la mascota sobre superficies mojadas por mucho tiempo.
4. Quemaduras por calor: cómo proteger las patas
En días soleados, el pavimento y la arena pueden alcanzar temperaturas que queman las almohadillas.
Para protegerlas:
- Pasea temprano en la mañana o al final de la tarde.
- Coloca tu mano sobre el suelo: si te quema, también le quema a tu mascota.
- Usa botas protectoras o bálsamos si los paseos son prolongados.

5. Revisión y limpieza rutinaria
Una buena rutina de cuidado incluye:
- Lavar las patas con agua tibia y jabón suave después del paseo.
- Revisar entre los dedos y uñas.
- Secar completamente antes de dormir o descansar.
- Mantener el pelaje de las patas corto para evitar acumulación de suciedad.
El cuidado de las patas de tu mascota no requiere mucho tiempo, pero sí constancia. Con una rutina simple podrás prevenir grietas, hongos y quemaduras, garantizando comodidad y bienestar a tu compañero peludo.
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